miércoles, 7 de mayo de 2008

INCOMUNICACION

A veces cuesta tanto comunicarse, cada uno dentro de sí mismo,escuchando lo que quiere, interpretando lo que puede...

Se que mi compromiso y mi propósito es escribir con mucha mas claridad sobre como me siento, pero en este momento no tengo ganas de buscar las palabras y volcarlas aquí, este cuento sufí, puede explicar mi sentimiento.

Porque no hablar?, porque no hacer el esfuerzo de entenderse?...siempre es un misterio. Pero si dejamos que nuestras interpretaciones actúen, si damos mas importancia a lo aparente...puede que nos encontremos corriendo en círculos.






Yo estoy aquí por ti y tú por mí.


Nasrudín, caminaba tranquilamente por el campo un día soleado. Mientras miraba el paisaje observó que delante de él otra persona también caminaba en la misma dirección. En cierto momento este miró hacia atrás y vio a Nasrudín a cierta distancia. Entonces pensó: seguramente es un atracador y está esperando la oportunidad para quitármelo todo. En ese momento empezó a correr despavorido.
Nasrudín que lo observaba desde atrás con atención, al verlo correr de esa forma, pensó: seguramente le ha pasado algo y necesita ayuda, y entonces él también empezó a correr a toda velocidad. De esta forma los dos corrían por el campo uno tras otro. El primer hombre ya no podía más y en su debilidad tropezó con una piedra, rodó por el suelo y quedó medio atrapado entre unos matorrales; se quedó allí quieto y agazapado con la esperanza de que Nasrudín no le viera cuando pasara. Pero Nasrudín tropezó justo en la misma piedra, rodó igualmente y fue a parar justo encima del hombre. Éste gritaba:
-Por favor no me hagas nada.
Nasrudín quedó sorprendido, se quedó mirando a la otra persona y dijo:
-Sabes qué, creo que tú estás aquí por mí y yo estoy aquí por ti.